lunes, 30 de abril de 2018

AVATARES

Esta es una variación de lo que siempre ha ocurrido, el deseo va mutando de forma, pero no de materia. Aquellas cambian en fragmentos cada vez más cortos de tiempo. En el momento en que me doy cuenta de lo que sucede, comienzo a salir del círculo. Así como los sueños parecen ser muy reales mientras se está en ellos, así cada sujeto 'parece' esencial en la constitución de mi existencia hasta el momento de la ruptura. Cuando estoy en ese estado inferior de conciencia, soy capaz de dejar caer absolutamente todo lo construido en este barro, hasta creo que existo...
Cuando comienza a distorsionarse puedo inferir que todos esos fantasmas son representaciones de una sola realidad. Soy yo, quien busca el complemento, aquello que llene mi cuerpo sin convertirse en una apetencia constante. Ese sujeto ideal y demoníaco, capaz de transfigurarse leyendo mis debilidades, quiere ocupar el lugar del Ser Verdadero.

Gisela Ruiz Díaz